sábado, 26 de noviembre de 2011

De atractivo a seductor (4)


Después de cenar marginalmente en acción de gracias decidí ir a un sex-club que me aconsejó un contacto angelino que conocí por internet.

Cogí la bici y me fui dando un paseo larguísimo hasta allí, que según el Google Earth son nada más y nada menos que 13 km... Ese método lo usaba en Madrid antes de entrar a un bar de estos, porque me relajaba y me motivaba a hacerlo, pero claro, en Madrid eran 2 ó 3 km como mucho.

Me hice los 13 km, con el teléfono listo para usar el GPS (que no necesité al final, por cierto), viendo Los Angeles de noche, pasando por los barrios residenciales y viendo el ambiente de acción de gracias. Fue un paseo tranquilo y no se me hizo tan largo.

En The Zone puedes ir desnudo, pero también vestido y la experiencia me dice que frente a esa opción la gente elige no ir en bolas, así que llevé camiseta, vaqueros, zapatillas y suspensorio para adaptarme rápidamente según viera el ambiente. Me quedé en top-less directamente cuando llegué, y eso que todos iban vestidos de arriba a abajo menos uno que estaba buenísimo que iba también sin camiseta. Me di una vuelta por el bar, muy morboso, con una decoración que recuerda a un callejón de un barrio chungo.

En mi paseo vi de pronto algo que me resultaba familiar... ¿pero cómo? Yo juraría que en ese bar se grabó un video porno que vi hace años en gaytube!! Me sentí como si estuviera en un sitio mítico.

Me bebí mi copa mirando cómo ligaba la gente y el que iba sin camiseta, que parecía mulato pero no estaba para nada moreno... se acercó para compartir nuestro punto en común de ir en top-less, nos caímos bien enseguida y le dije que era nuevo en L.A y era la primera vez que salía a un sex-club y estuvimos comparando experiencias, él de las suyas en Los Angeles y yo las mías en Madrid.

Le dije que llevaba suspensorio y me animó a bajarme los pantalones para verlo, lo hice, miró adelante y atrás y me los volví a subir, entonces me empalmé, había enseñado el culo y también unas intenciones sexuales claras, mi pudor-filia hizo el resto.


- Me encantan los chicos con barba - me dijo acariciándome una patilla.


Cómo él iba por allí a menudo le pedí que me enseñara todos los rincones. cuando llegamos a las camas de follar se tumbó pero se levantó enseguida, y yo le dije tan atrevido que ni me reconocí a mi mismo:

- A ver, otra vez, que no lo he visto bien!

Se tumbó, me metí entre sus piernas y pegué mi bragueta contra la costura trasera de sus vaqueros. De verdad la barba y el pecho lobo  (además de la práctica petando a Ucla) son muy útiles para ocultar la pluma de alguien que suele ser pasivo, jajaja. El chico se tomó en serio mi rol, porque era de verdad, qué cojones!

Le besé y se lanzó a chupármela allí mismo, había otros por ahí haciéndose mamadas en los glory holes. Siempre he estado temiendo hacer el ridículo con mi pluma activa y en el fondo es tan simple como ponerse a ello, un gesto como el que tuve y ninguna explicación ¿qué hay que andar explicando y desarrollando? Es más sencillo.

Me la chupó y me la chupó... acabé corriéndome con todo ese morbo que da que las cosas salgan fáciles y sentirse deseado y por qué no decirlo... masculino. Me corrí en su cara y se restregó mi polla por todas partes. Fue a lavarse, me pedí otra copa y cuando volví a buscar al chico estaba recibiendo él una mamada de otro, así que me tomé la copa en paz recordando a Ucla cuando hace de pasivo y luego me da la vuelta y me folla él a mí o viceversa.

Ese viceversa es el mejor descubrimiento que he hecho en el sexo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, la versatibilidad nos convierte en chicos CARREFOUR... ¡2x1! siempre será mejor tener más variedad de placeres y de roles, digo yo....

Costa dijo...

Quien pudiera!!

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