martes, 31 de diciembre de 2013

Colegueo entre pasivos


Un vecino me propuso ayer una tarde de colegueo y morbo. El plan me parecía guay, se parecía a esa chorrada del colegueo entre "heteros" pero mucho más divertida y con muchísimos menos tabúes, de hecho para mí rompía el cliché de pasivo+activo y eso de romper clichés me emociona mogollón. 

Pasivo+pasivo sonaba a algo casi lesbiano, pero no me cupo ninguna duda de que era una combinación encaminada al éxito, ¿quién iba a meterme mejor un dildo que otro pasivo? 

Me puse un suspensorio, unos vaqueros, las zapas y un abrigo, sin camiseta ni nada, sólo tenía que andar un par de portales. No creáis que esa fue toda mi preparación, una juerga de dildos requiere una profunda higiene.

A mí ya sólo me quedan dos consoladores, de los seis que tenía de todos los tamaños, los he ido regalando por ahí a mis esclavos. Por desgracia para mi culiestrecho me he quedado con los más grandes. Avisé a mi amigo y me dijo que lo sentía por mi culo pero tampoco tenía pequeños, solo medianos y grandes.

Cuando llegué a su casa y me quité el abrigo vi unos consoladores gigantes, unos más que otros pero gigantes todos.
- ¿Dónde están los medianos? - pregunté.
- Pues ese y ese - dijo señalando los menos gigantes.
- Pero si yo traigo el mío que no me cabe y es la mitad que eso... - dije preocupado.
- Yo te dilato.
Qué clase de pasivo era ese? Madre mía!!!!! ¿Cómo puedo explicaros aquellos dildos? Pues imagínate entrando en un sex-shop, pues esos que te entra la risa floja porque superan ya el tamaño de un pollón.
- Estás to' loco... ¿a ti te cabe eso? - le dije.
- Con paciencia sí, y a ti también.
El más fino de los 4 que allí había era algo más ancho que mi muñeca.
- Hoy no voy a poder, pero quiero que acabemos usando este! - le dije señalando un dildo morado, con un tacto genial de esos que son dos juntos, típico de lesbianas o... colegas pasivos.
Menos mal que me llevé mi butt-plug que a pesar de ser gordo, era lo único metible que veía a mi alrededor. Me puse de rodillas en el sofá y empezó a dilatarme con mucho lubricante, tardó más de 10 minutos en meterme mi dildo, pero fue un gustazo, lo movía y me daba un escalofrío de placer... sólo me dolió al final que se hace más ancho. Yo tenía razón, un pasivo lo hace mejor, no se deja llevar por la emoción de estar frente a un culo abierto como un activo, no tiene prisa y sabe lo mucho que puede doler ponerse bruto.

Luego me metió mi consolador lésbico, pero que no es como el suyo que es súper gordo, el mío tiene un diámetro bastante humano, me metió sólo 15 centímetros, suficiente. Con tanto lubricante como me había metido me lo pasé genial, quería relajarme más para que el dildo fluyera mejor. Él no se animaba a meterse nada... vaya colegueo entre pasivos.

- Vaya pollón se te ha puesto - me dijo tirándome de la goma del suspensorio

Me tapé la cara con un oso de peluche tirado a mi lado para ocultar la timidez que estaba fuera de lugar allí empalmado con un dildo en culo. Y con el peluche en la cara noté calorcito en la polla, se la había metido en la boca.

Oh Dios! A los treinta segundos mis músculos se apretaron para echar un chorro de lefa, y mi cuerpo además expulsó el dildo, con lo que sentí una liberación por delante y por detrás que me dejó agotado. Llevaba más de media hora jugando en mi culo, mucho más de lo que aguanto con un activo antes de que me lo rompa o me le irrite demás. 

- Me voy a dormir, tenemos que vernos el año que viene.
- Feliz entrada en 2014 - me dijo mientras me cerraba el abrigo para ir medio desnudo en pleno diciembre a mi casa.

En este siglo no se presta atención a los vecinos, y a veces nos perdemos colegueos geniales.

Feliz 2014!!

lunes, 30 de diciembre de 2013

Romance frío


Estas Navidades ha tocado esquiar y estaba muy ilusionado porque hacía años que no iba a la nieve. Me lo he pasado muy bien, he dormido agotado superando mi insomnio estos días, me he enamorado y se me ha roto el corazón, mañana vuelvo a Madrid y termino el año algo pesimista.

Me fijé en un calvo, me pareció muy masculino y valoré su alopecia viril como un encanto especial. Me recordaba a esos actores de acción y deportistas que sirven de inspiración y esperanza a los chicos con entradas. No pensé que fuera a ser gay, ni que se iba a fijar en mí. Pero de tanto mirarle, supongo que se acabó dando cuenta. Y al día siguiente me saludó.

Esa tarde hablé con él de tonterías, y me hizo una caricia rápida y pública en el muslo cuando estaba sentado. Las vacaciones se acababan y yo quería saber qué tipo de cuerpo había debajo de toda esa ropa de invierno que no me dejaba intuir nada, no tenía papada, eso es lo único que me daba una pista de su complexión, pero a saber, y tenía unos dientes guays... me enamoré.
- Me voy a dormir - dijo.
- Tú solo? - le dije yo.
- Por desgracia no - respondió.
Estaba claro que no se refería a mí, recuperé las imágenes que tenía de él para aclararme, ¿quién era ese señor de sesenta y pico años que había estado con él el día anterior? ¿Era lo bastante mayor para ser el padre de uno que se acercaba a la cuarentena? Sí, lo era, pero dónde está la madre? ¿O algún otro familiar que me diera alguna pista de que allí no había una relación sentimental? Va a dormir con él?
- Mañana charlamos otro rato y me cuentas qué haces en Madrid.
- Vale... - dije decepcionado.
Pasé toda la noche pensando en que aquel hombretón dormía y compartía mucho más con aquel señor jubilado. ¿De qué iba todo aquello? Primero me pareció una tontería creer que fueran novios, podía ser, pero parecía todo fruto de mi imaginación, luego me pareció romántico en cierto modo, el amor no tiene edad y todo eso. Y luego en la camita intentando dormir me pareció sexy, me imaginaba al alopécico durmiendo abrazado a su novio maduro y me daba morbo. ¿Pero qué pintaba yo en esa historieta, una especie de refresco o algo así?

Estaba dispuesto a crear una historia por mí mismo sin imaginar más. Le mandé un whatsapp y nos encontramos antes de comer. 
- Me voy esta tarde - me dijo tan pancho.
- ¿Esta tarde ya? - dije aterrorizado.
- Voy a Madrid 5 veces al año, salimos de fiesta cuando vaya - propuso.
- ¿Dónde vives?
- Cerca de París
- ¿Con tu padre? - indagué. Estaba claro que él era español, su papito debía ser el francés.
Y se río, pero no respondió...
- ¿Puedo saber al menos si tienes el pecho peludo? - le pregunté ya liberado al saber que guardar la compostura era algo irrelevante en una historia que tenía las horas contadas.
- Lo tengo todo peludo - dijo feliz.
- Todo no... - dije muy putamente.
Y él se acarició la cabeza con un gesto gracioso.
- Yo me había enamorado de ti, sabes? - le dije.
- Eres muy impresionable.
Le miré suplicando un poco de arrojo.
- No podemos, tú estás con tu familia y no tenemos sitio, y el pueblo está muy lejos.
- Estamos en el campo y sería refrescante.
- Jajaja.
No conseguí nada, y lo refrescante pasó a estar tan frío que se congeló. Sigo sin entender de qué iba aquello, quién era aquel caballero sesentón?

Mañana, vuelvo a Madrid en unas horas y aquí no ha pasado nada!

viernes, 27 de diciembre de 2013

6 años, 8 cabeceras y 300 post


Hoy es el día de recordar que el inicio del blog y del giro de mi vida sexual y romántica fue ya hace 6 años. Esta fue la primera cabecera del blog, supongo que percibía el morbo como algo oscuro y creía que los blogs de sexo tenían que ser negros.


No tenía ninguna pretensión pero poco después empezar mi estilo empezó a interesar a lectores y webs eróticas como MiEspacioSecreto.com o de tema gay como EstaNocheGay.com. Entonces decidí ser más fiel a mi personalidad, yo no soy oscuro, cuanta más luz mejor, así que puse la cabecera blanca.


Nunca me ha gustado eso de mantener mi vida privada en silencio, si no lo cuento es como si no hubiera ocurrido. Esta portada me gusta mucho, me sentí muy atrevido bajándome los pantalones al aire libre, si no hubiera tenido dónde compartirlo universalmente, no me hubiera bastado, hay que inmortalizar y compartir.


Esta cabecera tiene un gran secreto, me estoy metiendo un dildo. Cada vez que la veía ahí, en lo alto de mi blog pensaba, OMG, la gente me está viendo con un dildo en el culo, pero... no, ellos no lo saben. Qué elegante soy, jaja. Esta estuvo en la época dorada del blog, cuando más visitas y más premios recibía.


Esta es la portada que puse cuando me fui a vivir a Los Angeles, la hice deprisa y corriendo justo antes de irme, pero me quedó muy guay, quería cambiar los colores, porque pensé que iba a cambiar también el estilo de los relatos, sea como sea, fue un tiempo único.


Esta la puse al volver a Madrid, tenía tanta morriña Angelina... 


Esta es mi preferida, es el color en el que pensé al principio del blog, a los 21 años, pero temí resultar muy maricón, lo cual es irónico teniendo en cuenta que mi bog se basa en esa gran verdad, jaja.


Y esta es la que está ahora, la verdad es que me lo pensé mucho antes de cambiar la anterior que me parecía tan chula, pero esa semana lo cambié todo, moví los muebles de mi leonera, me corté el pelo, me compré ropa nueva... necesitaba un cambio hasta en el aspecto del blog, aunque no pudiera superar lo molona que era la cabecera de antes.

Cómo son las cosas... resulta que además de ser el 6º aniversario, esta es la entrada número 300. 

Y aquí estoy de vacaciones recordando la evolución del blog, son 6 años, qué barbaridad, la verdad es que ya es parte de mi vida, y no me da ningún pudor meterme en un ordenador un rato aunque esté de vacaciones en un sitio fantástico para recordar el cumpleaños de LeMorbo.blogspot.com :)


lunes, 23 de diciembre de 2013

Depilacion con final feliz


Me pasa a veces, estoy un día disfrutando a tope de mis características viriles, presumiendo incluso de ser velludo, me da un pronto y acabo absolutamente lampiño, sin barba, sin un pelo!

Entonces me siento limpio, pero a la vez arrepentido, sé que en el gym oleré menos, y que  es más "elegante" pero... es como si mi imagen perdiera un plus y ya me he hecho una buena agenda de fans del vello. Cuando me lo depilo... siempre pienso que he dado un paso atrás.

En esta ocasión lo he hecho porque me ha dado un pronto pero también por morbo, porque estaba tranquilamente hablando con un fetichista que baña a chicos y les echa crema hidratante, les masajea, les hace peelings y les relaja para luego acabar con un final feliz al estilo masajista profesional. 
- ¿Quieres que te depile también? - dijo el chico muy amable.
- ¿Y dejar de ser un osito? Me ha costado meses volver a mi naturaleza - dije contrariado.
- Cómo quieras tú.
Después de tantos meses era de esperar un pronto cercano, así que por qué no hacerlo en esta circunstancia tan propicia? Suelo tener que andar haciendo contorsionismo yo solo para depilarme bien los muslos, las lumbares y los hombros, encima para dejarme partes mal así que...
- Venga, quítamelo todo, vale - dije sonando convencido.
- Yo encantado - dijo realmente encantado.
Mmmmm es un gusto que te depilen todo, encima lo hizo con cera pero no dolía demasiado, y me encantó saber que por fin me iban a depilar el culo bien, en condiciones y no el estropicio raro que siempre tengo la sensación de hacerme yo mismo con la cuchilla. La verdad es que me encantan mis piernas peludas, pero verme prefectamente depilado, tan blanco, con esa piel tan suave y lustrosa, parecía un muñeco. Y después de una ducha en la que sólo tuve que dejarme manosear de arriba a abajo, fui secado y luego tumbado en una cama en una habitación caliente, colorida, ambientada para dormir mientras te dejas hacer. 

Mmmmm, cremita hidratante, pero cómo se deslizaba todo por mi nueva piel desnuda, con qué facilidad, eso sí que era sexo tántrico, con los huevos y la polla depilados por completo, el ojete que parecía que absorbía todo lo que se acercara a él, si me hubieran dicho que no iba a haber un final feliz me hubiera vuelto loco en ese mismo momento sin que nada ni nadie pudiera detener mi locura sin masajearme la polla hasta que me corriera como un Dios.

Bueno, el caso, que me hidrató todo, puso musiquita, me dio un masaje total, por los pies, las piernas, la espalda, los brazos.

"Por favor, tócame el culo ya... o moriré" - pensé.

Se acercó a mis glúteos, me imaginé mi culo brillando con el aceite, redondo y con el ojete ahí tentando a sus manos o a su boca o a su polla. Acercó las manos, las alejó, las volvió a acercar... ohhh dios, toca el agujerito ya!!!!

Y lo tocó pero rápidamente me acarició los huevos, la polla estaba dura, dura duríiiisima. Y toco todo al rededor, pero no la polla, supongo que se hubiera quemado las manos si lo hubiera hecho. Me dio la vuelta y me sobó el torso, los pectorales, las axilas, mmmmmm.

Me colocó de tal forma que tenía acceso a todo mi cuerpo, boca arriba, con las piernas flexionadas, con el culo preparado, los huevos y la polla a mano, los pezones libres y los brazos en la nuca con las axilas listas para la estimulación final, no recuerdo nada....

Sólo que lo usó todo, todo, todo, vaya paja más buena, tan depilada y lubricada, qué fácil era todo. Vaya trabajo me hizo en el culo, que dilatado me quedé...

Y casi por primera vez me corrí más que cuando me hago yo solo mis buenas pajas, no es fácil que alguien me conozca mejor que yo mismo.

Necesito repetir...

Pero sin dejar de ser un osito!! Quiero mi cuerpo de pelucheeeee de vuelta! Pero a merecido la pena.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Odio mi trabajo

Estábamos felizmente mi compañero de despacho y yo hablando de nuestras cosas con todo el trabajo terminado pero con las manecillas del reloj en una posición poco apropiada para escapar de la oficina, cuando apareció la señora más desagradable del lugar.

- Chicos, ya sabéis que se rumorea que van a despedir a gente - dijo sonriendo de forma incomprensible.
- Sí, lo sabemos desde octubre - dijo mi compi.
- ¿Habéis oído algo más? - preguntó la mujer como si lo hiciera de broma.
- Somos beacarios, estamos aquí encerrados y nunca nos habláis...  - dije muy sinceramente.
- Pero yo creo que sabes que nos van a echar a nosotros dos - le dijo mi compi -, nuestro puesto sobra, cada vez tenemos menos trabajo.
- Sí, pero tenéis despacho para los dos, los otros estamos en el pasillo todos juntos sin privacidad, JAJAJA - dijo creo que poniéndose verde -. Ya está alguna pensando en chuparle algo al jefe para asegurarse el puesto - dijo poniéndose más verde y sacándome de quicio.
- Yo se la quiero chupar al jefe - dije de repente -, y no por el trabajo sólo, se la chuparía con todo el gusto del mundo y todos los días.
- Si tiene 50 años... - dijo toda loca la señora pesada.
- Me gustan los maduros con barba.
- Qué bromista, cómo eres! JAJAJA - río sin parar.
- Pues lo haría de verdad, es más, me apetece mogollón hacerlo.

Se fue de allí fingiendo que me tomaba en broma, pero creo que en el fondo creyó que todo era posible, y me hizo gracia ver como se alejaba con la imagen del pollón del jefe en mi boca.

No era verdad que tuviera planeado chupársela, ni se me había ocurrido, ni siquiera me gustaba.

- Los dos sabemos hace tiempo que nos van a despedir a nosotros - le dije a mi compi que asintió.
- Igual si corre la voz de lo que has dicho te mantienen a ti - dijo simpático.
- No lo decía en serio, es que odio a esa mujer y sus bromitas sobre que si alguien está pensando en chupársela, que si alguien está hablando mal de nosotros, que si alguien no ve bien que estemos en un despacho en vez de en el pasillo... es una metemierda.
- No quiero pillarte un día en nuestro despacho chupándosela al jefe, sería muy fuerte ver a ese señor corriéndose en tu cara - dijo.
- Tranquilo... eso no va a pasar.

Pero ahora... después de tanto verbalizar... veo a mi jefe de un modo muy diferente, ¿usará slips o bóxers? ¿además de las mamadas le molaría petarme el culo o qué se lo petara yo? Ahora me arde el cuerpo y la cabeza cuando le veo.

jueves, 28 de noviembre de 2013

EP


Los entrenadores son súper majos, por la cuenta que les trae, son sexis, atentos, en mi caso guapos, porque los elijo así, te apoyan en todos tus sueños de dar el pego como modelo de bañadores y asienten a todo. Te tocan la tripa, ponen la mano en tus lumbares, enderezan tu espalda, y cuando te enseñan los ejercicios les puedes mirar de arriba abajo sin pudor, además les puedes admirar en público y decirles que tienen cuerpo de muñeco de acción. O sea que... ¿tendré perdón de Dios por haberme enamorado de mi EP?

Con el frío que hace en Madrid, me sorprendió sentir tanto calor en el vestuario, cuando subiéndome los pantalones cortos de algodón me emocioné pensando que al subir la escalera mi EP me estaría esperando para hacer mi primer circuito de Crossfit (y el último por ahora porque ha sido demasiado).

- No puedo, muero - dije sufriendo mi sexto burpee.
- Venga, que puedes llegar a diez, hazlo por mí - rió.
- Entonces sí.

Y pude! Lo que demuestra que por amor soy capaz de cualquier cosa, y que haría cualquier cosa por mi EP, por este en concreto.

Antes tenía clara la idea de que mi entrenador era una polla inaccesible, no me preocupaba, lo entendía y respetaba. Ahora sólo lo entiendo y lo respeto muy a mi pesar, pero no sé si podré ocultarlo mucho tiempo, hace unas semanas ya empecé a coquetear con él de una forma muy sutil pero incontrolada y lo llevaré a más, lo sé, y seré de esos que coquetean con heteros en plan de broma que no me gusta nada.

Me cae demasiado bien, pero demasiado, demasiado. No sé explicarlo, pero cualquier cosa que dice, por tonta que sea, si me la dice a mí me hace ilusión. Y cuando me da el masaje final me dan tantas ganas de que me violé... que cuando termina me dan ganas de violarle a él. Ganas reales de violación, de cogerle y obligarle a que todo lo que me ha hecho sentir cobre algún sentido, me da igual que sea un sentido terrible para que aprenda a asumir las consecuencias.

Luego me acuerdo de que soy encantador y de que sus bíceps son gigantes, con lo que una violación por mi parte es imposible por activa y por pasiva. Y que por su parte también porque es hetero y trabaja para mí. 

Si os digo la verdad, nunca he entendido eso de obsesionarse con un hetero, siempre me ha parecido una perdida de tiempo y una tontería, nunca me había pasado, me ha gustado alguno... pero jamás había arañado una pared para controlar mi frustración frente a la idea de que cuando me sube una pierna a su hombro lo hace con la intención de estirarme cuando mi intención es de estrecharle.

Necesito un cachitas que se ponga mi pierna en el hombro pero con erótico resultado. Si no moriré de calentón cada vez que entrene.

La paja de después ha sido muy lechera, pero no... no me he quedado tranquilo, sigo obsesionado!

martes, 26 de noviembre de 2013

La leche


Yo no sé que me pasa a veces que echo una cantidad de leche que me quedo bobo mirando como sale y sale y sale...

A veces eyaculo el doble e incluso el triple de lefa y la verdad es que es un gustazo y me hace ilusión porque me siento sano y machote cuando pasa eso :)

Supongo que mis corridas habituales son normalitas, aunque yo siempre las he percibido un poco flojas, pero no lo deben ser tanto, porque yo he sido donante de semen un tiempo y el hombre de la clínica no me dijo nada malo los meses que estuve yendo. Y entonces no me salía el lefote que me ha salido esta noche por ejemplo.

Hay gente que siempre que se corre lo hace a tope, echa unos chorros que asustan, por la potencia y por la cantidad. A mí eso me pasa sólo de vez en cuando, y el caso es que me encanta, porque quizás sólo sea una cuestión visual, pero me siento más aliviado con la sensación de que me he debido quedar vacío. 

Como no suele pasarme, cuando tengo una de esas corridas no me controlo nada, que se manche lo que se tenga que manchar y que salpique lo que sea. 

Por desgracia aunque ha habido chicos que lo han hecho muy bien, no ha habido ninguno que halla descubierto mi faceta de lechero. Que está ahí, existe, porque lo acabo de comprobar.

Antes me rallaba pensando que mi potencia sexual estaba mermada por mi salud o algo así, pero supongo que es una cuestión de la potencia morbosa, de mis espectativas, mis complejos, vamos, todo en el cerebro.

Y hablando de cerebro, estoy escribiendo justo después de haberme relamido esa cantidad ingente de lefa que me he ordeñado, con la mano recién secada y con la polla aún llena de babas lubricadoras, así que no pienso con mucha claridad. De hecho puedo confesar que estoy un poco en una nube aún.  

Por cierto me la he comido.

Estaba riquísima, suave y caliente, no tan pegajosa, estaba perfecta y aunque al recoger esa cantidad de leche en la mano me lo he pensado porque pensaba que me iba a dar arcadas... nah, estaba deliciosa.

Os confieso que lo de comerme mi leche empezó ideando una forma de librarme del resultado de las pajas cuando estaba acostadito y calentito en la cama, el ejercicio de levantarse a limpiarse siempre me ha parecido lo peor del mundo, y eso de ir al baño a lavarse... demasiado, por no hablar de mi total aversión al papel higiénico. Si no tengo una toalla cerca, o una camiseta usada con la que secarme la lefa, me la rechupeteo y así además no echo a perder sus propiedades :) Y hoy tenía más que perder que otros días, así que he hecho bien llevándome todo eso a la boca.

Me he quedado muy relajado.
Y jamás por mucho que me preguntéis os confesaré qué tema dirigía la cybercharla morbosa que ha provocado esta potente reacción en mis genitales. 

Hoy no me hace falta tomar melatonina, me dormito súper bien con la leche caliente.

Buenas noches.

viernes, 8 de noviembre de 2013

La mili


Nunca había seguido la serie "Cuéntame cómo pasó", hasta que hace un tiempo gracias al insomnio he podido seguir la reposición desde el principio a horas intempestivas. Para quien no lo sepa, "Cuéntame" trata sobre una familia de España, ambientada al principio en los años 60. Hace unos meses que ha muerto Franco, parecía que no se iba a morir nunca, pero el tiempo pasa para todos, el niño protagonista se ha hecho mayor, y acaba de entrar en la mili, lo cual me ha hecho pensar.

Tengo 27 años y creo que el servicio militar obligatorio se suprimió cuando tenía 14, o sea, sólo a 4 años de que hubiera tenido que enfrentarme a esa mierda con pluma y todo. Supongo... pero sólo lo supongo, o quiero suponer, que en los 2000 la mili no sería tan dura y homófoba como lo que pintan en "Cuéntame". Aunque no creo que sea gayfriendly tampoco.

Me libré prácticamente por los pelos, aunque hasta ahora no lo había percibido así, porque hace tiempo que la mili suena a antigüedad, ya sonaba a antiguo incluso cuando estaba vigente. Pero recuerdo que cuando era niño ya ponía mucha atención a mi madre cuando nos dijo a mi hermano y a mí que podíamos declararnos objetores de conciencia. También prestaba atención a mi padre, por si no funcionaba el plan A, cuando nos contaba batallitas de cómo la gente se libraba por ser miope, o por no poder hacer ni una flexión o... por ser gay.

No quería dejarme llevar por el pánico, pero sabía que tendría que enfrentarme a un mundo absolutamente masculino donde sólo habría hombres, hombres malhumorados, mayores y con armas... dónde yo sería una criatura frágil, afeminada, sin mamá cerca y con la autoridad del cuartel apoyando y fomentando el odio hacía mis maneras y mis gustos.

Eso por no hablar del miedo a que me raparan mis preciosos bucles.


¿Pero y si a Aznar no se le hubiera ocurrido quitar la mili y a Zapatero se le hubiera olvidado? 

Aquí en mi rato libre en el trabajo, me ha dado por pensar en la mili de una forma positiva. Si recibiera una carta hoy diciéndome que me llaman a la mili... a poder ser dejándome elegir, por ahorrarme el tener que rebelarme ante una imposición, aceptaría y pondría todo mi esfuerzo en tomármela en serio. 

Iría con ganas a la peluquería, a recoger mi uniforme y mis botas y estaría impaciente por aprender y vivir una experiencia tan alejada de mi realidad, serían como unas duras y productivas vacaciones, yo solo ante lo desconocido.

Escalar montañas, viajar, descender ríos, bucear, dormir en el campo, saltar en paracaídas, viajar a la velocidad del sonido en un avión, ohhhh, qué guay!

Poder endurecer mi cuerpo, poner a prueba mi resistencia, sobrevivir en la naturaleza, y desendurecer mi mente, pudiendo hacerla más flexible, y más amplia. No puede ser tan malo a estas alturas tener pluma en la mili, o sea, qué pueden hacerme sin tener un castigo por ley? Además me daría igual, me esforzaría cual teniente O'neil, no para demostrarles nada a ellos, si no por el mero hecho de conseguir superarme y llegar al objetivo marcado, así que acabarían respetándome y admirando mi espíritu de lucha.

Y sólo follaría y haría mamadas si me enamoro de alguno porque si no me voy a convertir en la puta del cuartel, lo cual me alejaría de mi plan de fortalecer mi cuerpo y mi mente. Y jamás se la chuparía   a ningún superior porque si no luego me trata mejor y también me alejaría de mi plan, aunque puede que me traten peor de lo normal para demostrar que no se ablanda, lo cual tampoco es plan y encima me daría sensación de haber sido abusado y no me molaría. Sólo se la chuparé a chicos de mi rango o de poco más, de menos no, esos si a caso que me la chupen a mí que para eso son inferiores (recordad que tengo una vena dominatrix).

Bla bla bla... pensándolo bien, no creo que aguante ni un día, esos gritos y esas groserías para instruir me parecen una mierda, además de denigrantes para los chicos. Un poco de respeto! Que se supone que somos el orgullo del país, tanta humillación acabará convirtiéndonos en arrastrados, no me mola!

Pero bueno, si prometen sólo insultarme y meterse conmigo cuando esté flaqueando y me quieren animar... vale, voy a la mili, pero como se pongan a chillarnos como locos sin justificación sólo porque están amargados o tienen complejo de polla pequeña, yo dimito!

Además en la mili te sacas el carné de conducir, que yo aún estoy con ello, sería ideal para sacármelo por fin de una vez por todas. 

Y encima te pones cachas. Ya sólo por ahorrarme el entrenador personal, merece la pena.

Estoy impaciente!!!!

jueves, 24 de octubre de 2013

El rito


Estábamos sentados en el suelo en círculo y el "maestro" se presentó con una vela en la mano, después se la pasó al hombre que había a su izquierda que además de presentarse explicó que buscaba una experiencia diferente, relajarse y aprender. No le hizo falta decirnos qué hacía con un pareo rodeado de hombres semidesnudos, los veinte presentes lo sabíamos y estábamos en las mismas condiciones. En ese punto yo todavía estaba rechazando el ritual y ese ambiente "ceremonial" que me resistía a respirar desde mi primera comunión.

Cuando la vela pasó de mano en mano hasta la mía decidí que un ataque de risa estaba fuera de todo plan, porque ridiculizar el ritual sólo me ridiculizaría a mi mismo, ya que estaba allí... dejarme sorprender e involucrarme era un plan más entretenido y quizá aceptando un poco de "ritual" pudiera llegar a lo que hubiera detrás, no sé, algún secreto, una nueva perspectiva, o un placer que desconocía.

- Me llamo Leo y estoy aquí por pura curiosidad - dije con la vela en las manos.

No presté demasiada atención a las presentaciones de los demás. Pero el tiempo que duró aquella vuelta con la vela, me fue muy útil para asimilar una filosofía menos frívola, pero no tan seria para que perdiera la emoción.

Aún sabiendo dónde correr a por mi ropa y teniendo visualizada la puerta de la calle, mi curiosidad me mantuvo firme en mi convicción de llegar hasta el final, y sabía que no sería difícil dejarse guiar, aunque cada vez que el maestro hacía que el grupo se moviera tenía la sensación de que tendría que enfrentarme al pudor y que de un momento a otro tendría que dejar caer mi taparrabos y suponía que tarde o temprano tendría que enfrentar otra prueba, tocar y ser tocado. Pero no estaba seguro, nadie me había explicado nada, me dejaba guiar medio a ciegas por actos eróticos que no tenía ni idea de cómo acabarían, sólo sabía que al quedarme desnudo, permanecería así durante horas. 

Cuatro horas desnudo, sin la compañía adecuada pueden ser matadoras para el morbo. Se experimenta otro tipo de gusto, el naturismo, el nudismo, que fuera de contexto nos parecen sexis pero una vez dentro rápidamente pierdes la sensación de "estar desnudo", sin embargo aquella tarde más que desnudo sentía que "estaba expuesto" a cualquier instrucción del maestro, seguir el ritual se convirtió en un reto y cada paso me hacía preguntarme cuál sería el siguiente, y qué nivel sexual tocaba.

Tras varios cambios de pareja, conectándonos a través de la piel, y literalmente a ciegas, topé con quién debía. Estaba harto de tocar suaves y lisas espaldas, y no todos los hombros y tríceps satisfacían mi gusto por lo duro. Así que a tientas, sin ninguna dificultad, bajando por su torso, su sus inglés, su pubis y en contra absoluta del objetivo del rito agarré algo en camino de ponerse duro, no pareció que aquel chico se sintiera parte de una herejía, y me lo agradeció con un beso en el cuello. 

Sólo fue unos segundos, antes de que el maestro me pillara con las manos en la masa, pero suficientes para despertar una conexión que no tuve con miles de caricias castas aquella tarde. Entonces, como si hubiera tocado un interruptor, todo empezó a arder, no volvió a haber contacto genital, al menos no con las manos, pero me sentí orgulloso de haber sido instintivo, porque había funcionado, claro que yo sabía que tocar la polla no era tantra sino trampa, pero... a partir de ahí empecé a percibir algo místico, con trampa o sin ella, supuse que dejar de percibir el resto de la sala era un  buen síntoma, aunque mi cuerpo me pedía otra velocidad, más ruido, más amplitud de movimientos y un contacto más profundo.

El resto del "ritual" perdió la emoción cuando nos separamos, ¿por qué estábamos ahora tan lejos? ¿por qué no miraba en mi dirección ni me buscaba? ¿eso era todo?

El final estaba cerca, era prioritario que yo obtuviera lo que que quería con quién quería. ¿Pero para qué ser caprichoso? Para no disfrutar de lo que se tiene al lado... 

Me di una oportunidad de no ser tan tonto, y convertí en mi reto personal olvidarme del chico del ejercicio anterior y ser generoso con el hombre que tenía al lado. No podía cumplir más reglas, que si no hablar, que si no tocar, que si no preguntar... No era a posta, es que necesitaba saber que era yo él que estaba erotizando a ese hombre, no sólo mis manos guiadas por el maestro, sino yo en particular. La verdad es que a pesar de llevar todos cuatro horas deslizándonos por la sala desnudos y embadurnados de aceite, no había reparado en aquel hombre, aunque yo esperaba que el estar a mi lado al final tuviera cierta intención por su parte, fue genial acabar con él, me gustó. La verdad es que si el maestro no estuviera tan pelma con que no tocáramos la polla... se la hubiera comido.


La verdad es que al principio temí que el maestro nos guiara en una especie de masaje erótico directo, vamos una paja, a un desconocido, y agradezco que no sucediera, porque eso ya es muy personal. Sin embargo... y aunque quizás más que pajear a otro, es mucho más personal pajearse uno mismo, pues... hubiera sido interesante buscarse puntos erógenos y absolutamente sexuales guiados por el maestro. 

No me empalmé en toda la sesión, quizás un poco al final cuando el hombre me masajeaba entre las nalgas... Y aunque era cierto que fui por pura curiosidad, podía haber añadido que buscaba una conexión con mi polla, parece que la he perdido últimamente. En ese taller tántrico esperaba que mi polla también se despertara y se conectara conmigo de nuevo, pero no, parece que mi mente se enfrenta sola al morbo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El técnico de Movistar

Ayer fue un día de terror en mi casa, un terror que nos unió a toda la familia en una especie de instinto de supervivencia en el que buscábamos resguardarnos frente a la adversidad. 

Algo diabólico desconectó mi casa de la línea telefónica, me sentí como la niña de Portesgeist frente a la pantalla de mi iPad en el que la nieve era un puto mensaje de fallo de conexión. Tras varias pruebas con el portátil y el ordenador normal sin resultado, oí como la silla de mi hermana se movía al mismo tiempo que yo me levantaba para ir al despacho a ver las señales vitales del Wi-Fi. 

- Hace luces raras... - dije intentando no ser tremendista.
- Apaguemos a ver qué pasa - dijo mi hermana nerviosa.

No funcionó... y ella cogió el teléfono como quien toma el pulso a alguien tirado en el suelo.   Su cabeza se movió negativamente. Rápidamente conectamos los smartphones al 3G, sintiendo que volvíamos a estar conectados con el mundo exterior. Así estuvimos hasta el día siguiente, cuando vino el técnico. Y ahí empieza la historia morbosa.


Estaba yo solo en casa cuando vino el técnico, que para mí era un príncipe valiente que venía a salvarnos a todos. Cuando abrí la puerta resultó que su físico era realmente de príncipe valiente, estaba claro que después de mejorar la vida de la gente todos los días se iba al gimnasio, por desgracia parecía que también usaba su tiempo libre para depilarse los brazos, con lo cual intuí que se depilaba todo lo demas, qué tonto... 

Era más alto que yo, mediría 1'90, y con los brazos y la espalda que tenía podría haberme violado sin que yo pudiera ni quisiera hacer nada para impedirlo. 

- ¿Dónde está el PTR? - dijeron sus labios.
- ¿El qué? - dije con mi característica cara de rubia.

Empezó a mirar por la ventana buscando algún cable que le diera una pista. Y se puso a abrir tapas en la pared en busca del PTR ese, lo que me permitió verle estirado y algo de su cintura. Llamé a mi padre para acelerar las cosas...

- No tenemos PTR, la entrada está en tu habitación - dijo mi padre - Debajo del escritorio de la ventana.

Vaya vaya...

- Quiero ver el cable, hay bajadas de velocidad en el informe, que pueden ser por algún cable que hace mala conexión - dijo el técnico.

En mi habitación se arrodilló, yo me senté y recosté en la cama, él se metió debajo de la mesa y, me quedé mirando su lampiña hucha, su culo apretado contra los pantalones, allí, en mi habitación, bajo mi  mesa. Hasta me dio la impresión de que gemía...

Mi mente se puso a trabajar a toda velocidad, a planear un plan de ataque y a refrenarme a la vez. 

- Aquí hay algo empalmado - soltó.
- ¿Ah, síiiii? - coqueteé.
- Voy a aislarlo mejor, puede ser eso lo que hace mala conexión.
- Ah.... - me decepcioné.

Mientras él esperaba una respuesta de Movistar vio un dibujo mío en la mesa, era un boceto de un cachas inspirado por entrenador personal. 

- ¿Eres dibujante?
- No, sólo dibujo lo que me gusta - toma pista.
- Lo haces muy bien... 

"Bueno, venga, déjate de chorradas, ¿vamos a follar o qué?" - dije para mis adentros.

- Te doy mi teléfono por si tienes problemas, me llamas directamente.
- Si pasa algo con la línea, no? - coqueteé.
- Sí - dijo sosamente.

Y se fue sin follarme, ni enseñarme la polla, ni nada. 

Yo quería verme envuelto en una tarde de sexo inesperado a domicilio en mi habitación. Nunca había tenido esas fantasías típicas de Ama de casa, pero... hay que aprovechar las oportunidades y esa era muy buena. Lástima que el técnico sea tan tonto de depilarse y no follarse chicos solos en casa. Le iba a perdonar lo de la depilación incluso si me dejaba chuparle la polla. 

Estoy pensando si destruir la línea a ver si a la segunda...

lunes, 14 de octubre de 2013

Relaxing cup of Capuccino


Ahora que mi esporádico amigo Capuccino vive más cerca de Oriente Próximo que de Madrid, su estancia este fin de semana en Chueca estaba como mejor enfocada sexualmente, además como el único entretenimiento gay que tiene en Oriente Próximo es el gimnasio y el culto a su propio cuerpo, su Grindr echa humo. Por eso me tuve que tomar como un halago que me invitara a mí a una relaxing cup of lo que sea para charlar. Cuando le vi, noté en su cara algo que me demostraba que ya había experimentado la intensidad suficiente para necesitar un respiro conmigo en una cafetería de Chueca, dónde reponer fuerzas para seguir por la noche con otras historias en la Into the Tank, a la que yo me negué a ir.

- ¿Por qué? - dijo Capuccino desilusionado
- No sé... no estoy preparado para una resaca de sexo estos días. Estoy indeciso sobre las fiestas morbosas - contesté.

El contacto con la secta de esclavos me ha asustado por haberme tocado aunque sea de refilón ese tipo de rareza... además no había dormido bien, no tenía ánimos de esperar hasta las 12 y pico para empezar una juerga que no me motivaba. Quizás si viviera tan lejos de las fiestas como él, las valoraría mucho más, y me daba cuenta de que en mi interior me decía "ya iré el jueves a la sauna o cualquier día a cualquier sitio a zorrear", por otra parte sabía que estaba dándome largas a mí mismo. 

- Yo lo que quiero últimamente es enamorarme y que todo esto forme parte de una época pasada - dijo Capuccino.
- Yo también...
- Pero pensar que esto vaya a ser de verdad una época pasada, hace retrasar mi decisión.
- A mí también...

Estoy seguro de que a pesar de todo ni Capuccino ni yo somos putas. Tampoco somos santos, pero también estoy seguro de que, aunque cada cierto tiempo puedan dar algún quebradero de cabeza y algún susto, el hombre adecuado puede hacernos enfocar el morbo en él durante muchos años sin dudas.

Yo ya tengo echado el ojo en uno... y Capuccino creo que también. Echar el guante es lo siguente, pero antes hay que echarle huevos.

Capuccino se fue a estrenar zapas nuevas a la Into the Tank, pero yo necesitaba otra cosa, continuar con una charla sobre romances, y nada mejor que una amiga para reencontrar el verdadero sentido del amor tradicional que es en lo que me apetecía pensar aquella noche.

Cuando me despedí de ella me di cuenta de que el amor tradicional del que hablan mis amigas es algo mediocre, sin magia real, sólo clichés, esfuerzo y rutinas... Algo en lo que quizás caiga algún día, pero que tras escuchar como mi amiga mezclaba amor con vejez, aprobación y cenas de parejitas, me han dado muchas ganas de teletransportarme a la Into the Tank sólo por volver a creer en el amor que tenía en mente cuando hablaba con Capuccino. 

Un amor mucho mejor, sin esfuerzo, ni horarios, con fiestas, viajes, lujo, y que a pesar de los años jamás parezca viejo, ni rutinario, con dudas morbosas, con seducción, necesidad de la polla del otro, con cine, madres y suegras, sí, con todos los clichés, pero... sobretodo... morbo y todas las cosas especiales que despierta el morbo, y que hay entre las parejas gays más guays, y que mis amigas envidian con toda su alma.

- Yo no sé lo que quiero... pero lo quiero ya!
- Pero ya! - me secundó Capuccino en aquella cafetería de Chueca llena de chicos que si me hubieran escuchado se hubieran sentido identificados.

jueves, 3 de octubre de 2013

Una secta de esclavos - parte 2



Quizás fueran las prisas porque se acababa el verano, el plantón del esclavo con el que chateo en Skype, o mi gusto por Cuarto Milenio lo que me hizo salir de casa para conocer a esa secta secreta de esclavos en Madrid. Y sabía que era entonces o nunca, porque si me ponía a pensármelo, jamás lo haría, tenía que ser decidido y valiente, así que le dije a mi cyberamigo que me pusiera en contacto con ellos. 

Me dio un número de teléfono para mandar un whatsapp a uno de sus miembros, que era ciberamigo suyo. Y me enlazó un perfil para ver al esclavo que iba a contactar, claro. Uno de 25, parecía simpático al menos, y si nos pillaban en mi casa podría ser un amigo, era guay.
- ¿Quieres ganarte unos puntos para subir en la jerarquía de tu secta? Pues vente a mi casa a recoger mi hábitat y servirme mientras juego a la PlayStation - whatsappeé.
- Amo, cómo sabe eso?
- Lo sé y creo que con eso basta, no?
- El líder nos pide demostrar que hemos servido a un amo y cómo lo hemos hecho - dijo el perro.
- ¿Cómo lo podemos demostrar?
- Normalmente hago fotos, no hace falta que salga su cara Amo.
- Ok, yo te las haré lo más humillado posible para que te den muchos puntos - le dije.
- Si no no pasa nada, lo haré encantado, no por los puntos, si no por servir a un Amo, con eso me basta y me sobra.
Un desconocido en mi casa... buerno, creo que lo tengo todo controlado y portero 24 horas, nada que temer. El esclavo llegó, me puse el maillot de luchador de cuero. Abrí la puerta.

- No te he dicho cómo era yo, ni mi edad, ni mi peso, ni mi raza... ni mi nombre...
- Venía preparado para lo peor.
- ¿Y si hubiera sido lo peor?
- Usted no notaría ninguna diferencia, le adoraría igual.
- Aunque no lo ves, ahí debajo de la ropa hay un sillón, y ahí está el armario. Ya puedes empezar.
- ¿Debo desnudarme?

Ya que iba disfrazado de luchador sado... lo mejor sería que el esclavo estuviera en una posición más humillante, así que le dije que sí, que se desnudara.

Mientras, el esclavo recogía yo jugaba al Red Dead Redemption, en busca de 5 castores que cazar para superar una misión, pero cómo no aparecían... interrogué al esclavo sobre la secta. Lo de recoger la habitación le iba a dar muy pocos puntos según él, porque la secta es bastante más guarra, y además yo era blanco. Los negros dan más puntos. 
- Supongo que chuparme el ojete ayudará a que subas de nivel - sugerí.
- Depende... ¿está sucio?
- No..., sólo peludo - dije sintiéndome muy novato y algo anticuado.
- Se lo chupo igual señor, su ojete y sus deseos son más importantes que los puntos - dijo colgando ropa y separando la sucia de la limpia.
- ¿Por qué te has metido en esa secta? - pregunté.
- Porque es mucho más fácil quedar con amos, los chats no me han dado ningún resultado, la secta sólo me interesa por eso, porque es todo más rápido y más sencillo.
- ¿Te llaman muchos amos? - quise saber.
- Bastantes más que cuando iba por libre.
- Seguro que se aprovechan de ti mucho más que yo.
- Bueno, cada uno tiene su estilo, el suyo está muy bien, es básico para un esclavo, es sencillo pero no tengo dudas de que usted es el amo y yo el esclavo.
- Se te puede usar como dildo - solté de repente para contrariar aquella falta de dudas de la que hablaba.
- Puede usarme para lo que quiera, como dildo, como urinario, como silla, reposapies...
- ¿Qué es lo que da más puntos en tu secta? - pregunté.
- Parece usted Adela Úcar en 21 días dominando.
Cómo ya había acabado de recoger la ropa, le mandé a comprar Donuts Foundant, mis preferidos, para merendar. Necesitaba pensar un momento a solas sobre hasta dónde quería saber de esa secta... Me temía que lo que se podía descubrir no era agradable. Cuando volvió le volví a hacer la pregunta. 
- ¿Qué es lo que más puntos da en tu secta?
- Comulgar - dijo con un tono esquivo.
- What!? Comulgar, como en misa?
- Algo así, pero misa negra.
- En qué se diferencia?
- Se comulga con mierda.
Oh Dios!
- Tu cuántos puntos tienes?! - dije asustado.
- No he comulgado, no tengo tantos, pero he cagado en la calle, es una de nuestras pruebas que podemos superar individualmente.
- Bueno... tú cómeme el ojete, no quiero que me cuentes más...
Abrí la cremallera de mi singlet de luchador y se puso a chupetear mi limpio ojete. Estaba bastante horrorizado, la verdad es que no quería saber tantas guarradas, el ambiente se me hizo extraño, exagerado y satánico, no muy guay.
- Amo, de su culo comulgaría todos los días - dijo entre mis glúteos.
- Callatéeeeeee, ¿por qué hablas? - le dije cogiéndole del pelo para que no siguiera perturbando mi mente... 
Me empezaba a arder la cabeza con esa información. Y lo peor no era lo del scat, era la mezcla de eso con las misas negras y ese rollo de secta lo que empezó a sobrepasarme. Pero necesitaba confirmar una cosa...
- Has dicho que nunca has comulgado... - le dije.
- Todavía no.
No era una buena conversación para tener con una lengua buscando hueco en mi culo. Pero quizás poseído por el espíritu de Adela Úcar, necesitaba seguir preguntando.
- ¿Os reunís mucho para hacer misas negras?
- No hemos hecho ninguna aún, pero siempre estamos en busca de negros para ofrecernos como sacrificio.
- Ok... esto ya es oficialmente raro, incluso más que lo de las cacas consagradas. ¿Negros? - aluciné.
- Es la raza a la que adoramos en la secta, los negros son nuestro verdadero objetivo, con ellos sí que no tenemos ningún límite.
- No te ofendas... pero... sois una panda de locos... - dije con tono informativo.
- Tú relaja el culo... suéltate - dijo cambiando el respetuoso "usted" por un "tú" que me sonó casi grosero en aquel momento.
- Mira... mejor sácame la lengua del culo y chúpame la polla, es menos polémico y tendrás la boca tapada un rato.
Me siento como si hubiera traído el mal a mi habitación, pero al menos durante unos días estuvo recogida.

martes, 1 de octubre de 2013

Una secta de esclavos - parte 1


Estaba tranquilamente en un chat, porque el esclavo al que me apetecía usar como dildo y asiento humano, no podía quedar o algo. Y allí encontré a un ciberamigo de la adolescencia, que siempre anda en los chats más extremos. Siempre me entero de muchas cosas cuando hablo con él. Esa tarde me habló de una secta de esclavos. 
- ¿Una secta? - pregunté más asustado que realmente interesado.
- Sí, con sus ritos, su jerarquía, sus mandamientos, pero no es nada tan siniestro, es más un juego que otra cosa.
- JUEGO!!! - ahora sí estaba realmente interesado. - ¿Qué es lo que hace esa secta?
- Son unos cuarenta por ahora, y van superando niveles, tienen un Papa incluso.
- Un amo Papa? - pregunté.
- No, no hay amos, todos son esclavos, el Papa también, simplemente es el que más pruebas ha superado y bueno, juegan a eso.
- ¿Qué clase de pruebas hacen? - eso me gustaba... aunque sonaba un poco freaky, la verdad.
- Hay unos cuantos amos que saben de la secta, y pueden pedir una cita para lo que quiera, el esclavo que acuda a ciegas y no le ponga límites al amo, recibe puntos, por ejemplo. El Papa lo controla todo. Y pruebas entre ellos, mearse en público, hacer que le pillen sus padres cascándose una paja... es una mezcla entre novatadas y rito de iniciación típico de las sectas.
- Ahmmm. Entonces uno de sus mandamientos o una de las formas de escalar posiciones en la jerarquía es obedecer cualquier orden de cualquier amo.
No me costaba mucho ver el atractivo a ese "juego", de hecho las pruebas morbosas me chiflan, pero tampoco me costaba ver que ahí había algo más que raro. ¿Una jerarquía entre esclavos con mandamientos y ritos? Casi sonaba peligroso. Mientras todo quedara en novatadas morbosas y no lleguen al fanatismo religioso...

- ¿Hay esclavos activos en esa secta? - pregunté.  
- No lo sé, pero supongo que si tienen que hacer todo lo que les digan, no creo que follarse un buen culo vaya a suponerles un dilema moral.
- Bueno, da igual, quiero jugar a las pruebas, hace mucho que no puedo entrenar mi mente con ese juego ¿cuándo nos reunimos con la secta? 
Y quedemos con dos esclavos, mi amigo... es más bien esclavo también. Ya os contaré la sesión, pero en este post, quiero hablar de lo que descubrí de la secta.

"La sede" está en Madrid, es lo lógico, no es que haya un sitio físico dónde ser reúnen, pero el Papa vive en Madrid y casi todo lo que tiene que ver con la secta pasa en Madrid, aunque hay miembros de todas partes, no sé si son 40, 4 o 400, es un grupillo de amigos más que nada y se lo pasan bien con la movida esta. Por lo que yo noté, ciertamente se lo toman como un pasatiempo y una forma más o menos sana de expresar sus complejos de inferioridad al más puro estilo universitario. Aunque hubo una cosa que me asustó, porque planean... comulgar en plan satánicos y no sé qué... Me parece un grave error y espero que no se dejen llevar por algo que sí que es siniestro.

Me lo pasé bien poniendo pruebas al esclavo, pero no volvería a quedar, me da pena porque me pareció que entendían mi rollo, pero yo no entiendo el suyo, y las sectas, aunque sean cutres y con pocos miembros no me molan. Podían hacer un grupo en Facebook, con sus pruebas, sus puntos y sus niveles, sin necesidad de hacer una secta con Papa incluido y comuniones satánicas. 

También tienen una idea muy curiosa sobre la raza negra, para ellos es una prueba con muchos puntos, y un orgullo personal, servir a negros, porque dicen que son los verdaderos amos superiores, aunque... una vez más fallan en algo, y es que asocian esa raza con Satán, de ahí su superioridad, lo cual al final es terriblemente racista, pero bueno. 

Me he enterado a medias de las cosas, pero en esencia es eso, un grupo de esclavos morbosos, que en mi opinión... se toman demasiado en serio al Papa.

¿Es que no puede limitarse todo a jugar y follar? Tiene que haber un Papa en todas partes!? 

PASO!

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Murr

Mi Fursona
Es cierto que con 12 o 13 años tuve un sueño erótico furry. Estaba en El Corte Inglés, en la sección de juguetes en Navidad, y a esa edad, todavía pensando en juguetes... pensaba en otra cosa más, un nuevo juego para adultos, que no se podía pedir a los Reyes Magos. Un peluche me habló, era Mufasa, el rey león, de hecho. Y dejó de ser un peluche blando para pasar a ser musculoso y decidido, me habló y era como si me hipnotizara porque no me podía mover, se puso encima de mí... y eso es todo. Cómo después lo interpreté como erótico es el quid de la cuestión.

Pero aquello pasó y se quedó allí. Recordaba de vez en cuando lo seducido que me sentí por el león en el sueño, pero jamás se me había ocurrido considerarlo como un fetiche, sólo un sueño raro.

Cuando la rata furry lectora del blog me habló del fetiche, e investigué, conocí a uno... que no podía ser mejor para ayudarme en mi aventura furry, la verdad es que el chico era una bestia de por sí, de esos que se pasan horas haciendo pesas. Él quería ser un toro, y tampoco se sentía furry, pero en su fantasía mental cuando follaba era un toro, negro y tal. Emmm, a mi me parece una idea bastante furry, porque a mi me gusta ser peludo y salvaje, pero... nunca me había querido sentir un animal en concreto. Sin embargo fantasear con el toro que yo era un león pasivo... "mmmm", o mejor dicho "murrr", que es el sonido sexual de los furries, además de ser mi apellido casualmente (será el destino?).


El toro a pesar de ser un chico responsable, trabajador e independiente... tiene cierto aire infantiloide cuando habla de sus gustos, lo mismo que yo y muchos chicos de mi generación. Seguimos jugando casi exactamente igual que en la adolescencia y yendo a convenciones de videojuegos y de cómics a comprar muñecos y hentai. Sospecho que si el toro no viviera en el norte, ya hubiéramos tenido alguna cita real que otra y estaríamos a punto de casarnos, pero bueno... Al menos me ayuda a sentir el furrismo, pero no a entenderlo, porque no conoce nada del mundillo y odia las etiquetas.

Un buen sitio para entender este raro fetiche, sexual o no, sería una quedada, que en mi imaginación he creado de cabo a rabo y con pelos y señales, aunque basada en hechos reales. Aunque no os creáis que los hechos reales son tan espeluznantes como estáis pensando, ni siquiera creo que sean tan divertidos, por lo que he descubierto, casi nadie va vestido de furry, y creo que el fetiche sexual en esas quedadas está limitado a... cero! 

Entiendo y veo bien que esas quedadas sean light, es más... a pesar de que para mí sería más un fetiche que un estilo de vida o de ocio en sí, no me imagino una orgía peluchil en una casa rural, sería tremebundo (interpreta esa palabra como puedas). Pero, tengo que admitir que una quedada furry sexy es lo que muchos esperan, y por muy razonable que haya sido antes respecto a una orgía peluchil, si voy a una de esas quedadas sería con la esperanza de que entre tanta niñatada y pasatiempos de campamento, haya un elevado porcentaje de animalitos cachondos tratando de intimar como en cualquier campamento. Tampoco me sentiría muy cómodo con gente vestida de mascota, y tampoco si todos van con una sosa camiseta y vaqueros... ¿Es que la gente no ha oído hablar del diseñador Jeremy Scott? Tampoco digo que todo sea sexo y morbo, pero entre excursiones, juegos en grupo y deporte se podría propiciar la aparición del amor entre especies, digo yo... (ha sonado a zoofilia, jaja)
Me parece a mí que soy de esos que mancilla el buen nombre del mundo furry con mis complejos sexuales, intento ser sincero. Pero siguendo en mi línea y defendiendo mi teoría sobre el fetichismo del furrismo, creo que con la mente abierta uno se da cuenta de que aunque es freaky, no es tanto, y que lo más probable es que no tenga que ver con zoofilia, ni un desorden mental que necesite tratamiento. Yo creo que tiene que ver más con el erotismo del despertar sexual, en el que se mezclan como en mi sueño, las cosas de nuestra infancia y nuestros instintos sexuales, que quizás es la parte más salvaje y más animal de nuestra personalidad.

O quizás todo sea mucho más simple, y sólo nos guste el yiff (porno furry) porque es original y gracioso, el cybersexo y las charlas no son lo de siempre, y las quedadas sean sólo una excusa para huir del mundo adulto, hacer las cosas de otro modo y justificar la ropa de Jeremy Scott que pensabas que jamás te podrías poner y lucir con orgullo.




martes, 17 de septiembre de 2013

Yiff


Yiff significa sexo en el mundo de los furries, y un furry es un animal con cualidades humanas, no sólo que habla o anda erguido, aunque hay muchos estilos, por lo general llevan ropa humana, actúan como humanos y tienen cuerpo humano, aunque cubierto de pelo y cabeza de animal, garras... Todo muy de cómic. Seguro que se te viene a la mente muchas series de dibujos animados, como Willy Fog, o pelis como Robin Hood de Disney...

Una fursona, es una especie de álter ego furry, que usa una persona real para presentarse en la sociedad furry, tu avatar es lo que realmente importa y tu arma de seducción porque normalmente el yiff, se limita a pajas, juegos de rol sexies y cibersexo, en el que describes el tacto de tu pelaje, de tu cola, tu hocico... Algunos se hacen un traje para meterse en la piel (nunca mejor dicho) de su fursona, para ir a eventos y hacer quedadas.

Son términos muy raros, con significados raros, en un mundo poco conocido y casi nada comprendido. 

Seguro que no lo he explicado bien, pero eso es lo que yo he entendido en mi pequeña investigación.

Todo empezó cuando recibí un e-mail de una rata que lee mi blog (es que su fursona es una rata, de verdad!) en el que me contaba de qué iba ese morbo. Yo había visto algún documental en la tele sobre el tema en el que una loca se vestía de zorra rosa para superar la muerte de su padre o algo así... 

Pero no me dejé llevar por los prejuicios porque... entendí muy bien de lo que me estaba hablando la rata. Mi niñez había estado guiada por dibujos animados, videojuegos y manga, en mi despertar sexual tiré de ello un poco más convirtiendo a Aladdín en mi semental imaginario pero incluso... a la Bestia, de La Bella y la Bestia, que además junto con Simba es un icono sexual en el mundo furry.

El porno de los furries es muy especial, no creáis que todo se limita a animalitos graciosos, hay escenas de lo más guarras y extremas, y tiene un toque distinto al porno normal, el buen porno yiff a mí me parece muy chulo, ves diferentes colores, formas y texturas, al menos a mí me entretiene a veces. Además es una buena forma de suavizar ciertas imagenes, yo llevo un fondo de pantalla furry súper sexual sin pudor y a la gente le chifla, con una foto tradicional de un actor porno... sería súper poco elegante, jaja.

Y me lo he pasado bien investigando, no he ido a una quedada ni a una orgía... claro, pero he hecho algún cyberamigo de lo más morboso, que es un toro, yo soy un leoncito, por supuesto! Nunca está de más dejar que uno se le ponga la polla dura con cosas diferentes, aunque acabada la novedad... haya que buscar otras fuentes de estimulo.

El yiff está muy mal visto incluso en el mundo furry, la vergüenza y los juicios de valores de siempre... Los mayores defensores del furrismo, dicen que convertirlo en fetiche es lo que provoca que todo el rollo furry esté tan mal visto y estigmatizado, y he visto en foros zarpazos, mordiscos y muuuchos complejos defendiendo esa idea. Pero qué queréis que os diga, el aspecto fetichista de ese mundillo es lo único que capta mi atención.

Me gustaría que se iniciara un debate sobre vuestra opinión, sobretodo de quien sabe del tema, a ver qué nos puede aportar.

Temo ser demasiado sincero cuando sospecho que lo soy de una forma totalmente ignorante... pero casi veo con más sentido vestirse de peluche como fetiche que para salir a tomar una Coca-Cola con los amigos, si a caso sí una Orangina...



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