jueves, 24 de octubre de 2013

El rito


Estábamos sentados en el suelo en círculo y el "maestro" se presentó con una vela en la mano, después se la pasó al hombre que había a su izquierda que además de presentarse explicó que buscaba una experiencia diferente, relajarse y aprender. No le hizo falta decirnos qué hacía con un pareo rodeado de hombres semidesnudos, los veinte presentes lo sabíamos y estábamos en las mismas condiciones. En ese punto yo todavía estaba rechazando el ritual y ese ambiente "ceremonial" que me resistía a respirar desde mi primera comunión.

Cuando la vela pasó de mano en mano hasta la mía decidí que un ataque de risa estaba fuera de todo plan, porque ridiculizar el ritual sólo me ridiculizaría a mi mismo, ya que estaba allí... dejarme sorprender e involucrarme era un plan más entretenido y quizá aceptando un poco de "ritual" pudiera llegar a lo que hubiera detrás, no sé, algún secreto, una nueva perspectiva, o un placer que desconocía.

- Me llamo Leo y estoy aquí por pura curiosidad - dije con la vela en las manos.

No presté demasiada atención a las presentaciones de los demás. Pero el tiempo que duró aquella vuelta con la vela, me fue muy útil para asimilar una filosofía menos frívola, pero no tan seria para que perdiera la emoción.

Aún sabiendo dónde correr a por mi ropa y teniendo visualizada la puerta de la calle, mi curiosidad me mantuvo firme en mi convicción de llegar hasta el final, y sabía que no sería difícil dejarse guiar, aunque cada vez que el maestro hacía que el grupo se moviera tenía la sensación de que tendría que enfrentarme al pudor y que de un momento a otro tendría que dejar caer mi taparrabos y suponía que tarde o temprano tendría que enfrentar otra prueba, tocar y ser tocado. Pero no estaba seguro, nadie me había explicado nada, me dejaba guiar medio a ciegas por actos eróticos que no tenía ni idea de cómo acabarían, sólo sabía que al quedarme desnudo, permanecería así durante horas. 

Cuatro horas desnudo, sin la compañía adecuada pueden ser matadoras para el morbo. Se experimenta otro tipo de gusto, el naturismo, el nudismo, que fuera de contexto nos parecen sexis pero una vez dentro rápidamente pierdes la sensación de "estar desnudo", sin embargo aquella tarde más que desnudo sentía que "estaba expuesto" a cualquier instrucción del maestro, seguir el ritual se convirtió en un reto y cada paso me hacía preguntarme cuál sería el siguiente, y qué nivel sexual tocaba.

Tras varios cambios de pareja, conectándonos a través de la piel, y literalmente a ciegas, topé con quién debía. Estaba harto de tocar suaves y lisas espaldas, y no todos los hombros y tríceps satisfacían mi gusto por lo duro. Así que a tientas, sin ninguna dificultad, bajando por su torso, su sus inglés, su pubis y en contra absoluta del objetivo del rito agarré algo en camino de ponerse duro, no pareció que aquel chico se sintiera parte de una herejía, y me lo agradeció con un beso en el cuello. 

Sólo fue unos segundos, antes de que el maestro me pillara con las manos en la masa, pero suficientes para despertar una conexión que no tuve con miles de caricias castas aquella tarde. Entonces, como si hubiera tocado un interruptor, todo empezó a arder, no volvió a haber contacto genital, al menos no con las manos, pero me sentí orgulloso de haber sido instintivo, porque había funcionado, claro que yo sabía que tocar la polla no era tantra sino trampa, pero... a partir de ahí empecé a percibir algo místico, con trampa o sin ella, supuse que dejar de percibir el resto de la sala era un  buen síntoma, aunque mi cuerpo me pedía otra velocidad, más ruido, más amplitud de movimientos y un contacto más profundo.

El resto del "ritual" perdió la emoción cuando nos separamos, ¿por qué estábamos ahora tan lejos? ¿por qué no miraba en mi dirección ni me buscaba? ¿eso era todo?

El final estaba cerca, era prioritario que yo obtuviera lo que que quería con quién quería. ¿Pero para qué ser caprichoso? Para no disfrutar de lo que se tiene al lado... 

Me di una oportunidad de no ser tan tonto, y convertí en mi reto personal olvidarme del chico del ejercicio anterior y ser generoso con el hombre que tenía al lado. No podía cumplir más reglas, que si no hablar, que si no tocar, que si no preguntar... No era a posta, es que necesitaba saber que era yo él que estaba erotizando a ese hombre, no sólo mis manos guiadas por el maestro, sino yo en particular. La verdad es que a pesar de llevar todos cuatro horas deslizándonos por la sala desnudos y embadurnados de aceite, no había reparado en aquel hombre, aunque yo esperaba que el estar a mi lado al final tuviera cierta intención por su parte, fue genial acabar con él, me gustó. La verdad es que si el maestro no estuviera tan pelma con que no tocáramos la polla... se la hubiera comido.


La verdad es que al principio temí que el maestro nos guiara en una especie de masaje erótico directo, vamos una paja, a un desconocido, y agradezco que no sucediera, porque eso ya es muy personal. Sin embargo... y aunque quizás más que pajear a otro, es mucho más personal pajearse uno mismo, pues... hubiera sido interesante buscarse puntos erógenos y absolutamente sexuales guiados por el maestro. 

No me empalmé en toda la sesión, quizás un poco al final cuando el hombre me masajeaba entre las nalgas... Y aunque era cierto que fui por pura curiosidad, podía haber añadido que buscaba una conexión con mi polla, parece que la he perdido últimamente. En ese taller tántrico esperaba que mi polla también se despertara y se conectara conmigo de nuevo, pero no, parece que mi mente se enfrenta sola al morbo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El técnico de Movistar

Ayer fue un día de terror en mi casa, un terror que nos unió a toda la familia en una especie de instinto de supervivencia en el que buscábamos resguardarnos frente a la adversidad. 

Algo diabólico desconectó mi casa de la línea telefónica, me sentí como la niña de Portesgeist frente a la pantalla de mi iPad en el que la nieve era un puto mensaje de fallo de conexión. Tras varias pruebas con el portátil y el ordenador normal sin resultado, oí como la silla de mi hermana se movía al mismo tiempo que yo me levantaba para ir al despacho a ver las señales vitales del Wi-Fi. 

- Hace luces raras... - dije intentando no ser tremendista.
- Apaguemos a ver qué pasa - dijo mi hermana nerviosa.

No funcionó... y ella cogió el teléfono como quien toma el pulso a alguien tirado en el suelo.   Su cabeza se movió negativamente. Rápidamente conectamos los smartphones al 3G, sintiendo que volvíamos a estar conectados con el mundo exterior. Así estuvimos hasta el día siguiente, cuando vino el técnico. Y ahí empieza la historia morbosa.


Estaba yo solo en casa cuando vino el técnico, que para mí era un príncipe valiente que venía a salvarnos a todos. Cuando abrí la puerta resultó que su físico era realmente de príncipe valiente, estaba claro que después de mejorar la vida de la gente todos los días se iba al gimnasio, por desgracia parecía que también usaba su tiempo libre para depilarse los brazos, con lo cual intuí que se depilaba todo lo demas, qué tonto... 

Era más alto que yo, mediría 1'90, y con los brazos y la espalda que tenía podría haberme violado sin que yo pudiera ni quisiera hacer nada para impedirlo. 

- ¿Dónde está el PTR? - dijeron sus labios.
- ¿El qué? - dije con mi característica cara de rubia.

Empezó a mirar por la ventana buscando algún cable que le diera una pista. Y se puso a abrir tapas en la pared en busca del PTR ese, lo que me permitió verle estirado y algo de su cintura. Llamé a mi padre para acelerar las cosas...

- No tenemos PTR, la entrada está en tu habitación - dijo mi padre - Debajo del escritorio de la ventana.

Vaya vaya...

- Quiero ver el cable, hay bajadas de velocidad en el informe, que pueden ser por algún cable que hace mala conexión - dijo el técnico.

En mi habitación se arrodilló, yo me senté y recosté en la cama, él se metió debajo de la mesa y, me quedé mirando su lampiña hucha, su culo apretado contra los pantalones, allí, en mi habitación, bajo mi  mesa. Hasta me dio la impresión de que gemía...

Mi mente se puso a trabajar a toda velocidad, a planear un plan de ataque y a refrenarme a la vez. 

- Aquí hay algo empalmado - soltó.
- ¿Ah, síiiii? - coqueteé.
- Voy a aislarlo mejor, puede ser eso lo que hace mala conexión.
- Ah.... - me decepcioné.

Mientras él esperaba una respuesta de Movistar vio un dibujo mío en la mesa, era un boceto de un cachas inspirado por entrenador personal. 

- ¿Eres dibujante?
- No, sólo dibujo lo que me gusta - toma pista.
- Lo haces muy bien... 

"Bueno, venga, déjate de chorradas, ¿vamos a follar o qué?" - dije para mis adentros.

- Te doy mi teléfono por si tienes problemas, me llamas directamente.
- Si pasa algo con la línea, no? - coqueteé.
- Sí - dijo sosamente.

Y se fue sin follarme, ni enseñarme la polla, ni nada. 

Yo quería verme envuelto en una tarde de sexo inesperado a domicilio en mi habitación. Nunca había tenido esas fantasías típicas de Ama de casa, pero... hay que aprovechar las oportunidades y esa era muy buena. Lástima que el técnico sea tan tonto de depilarse y no follarse chicos solos en casa. Le iba a perdonar lo de la depilación incluso si me dejaba chuparle la polla. 

Estoy pensando si destruir la línea a ver si a la segunda...

lunes, 14 de octubre de 2013

Relaxing cup of Capuccino


Ahora que mi esporádico amigo Capuccino vive más cerca de Oriente Próximo que de Madrid, su estancia este fin de semana en Chueca estaba como mejor enfocada sexualmente, además como el único entretenimiento gay que tiene en Oriente Próximo es el gimnasio y el culto a su propio cuerpo, su Grindr echa humo. Por eso me tuve que tomar como un halago que me invitara a mí a una relaxing cup of lo que sea para charlar. Cuando le vi, noté en su cara algo que me demostraba que ya había experimentado la intensidad suficiente para necesitar un respiro conmigo en una cafetería de Chueca, dónde reponer fuerzas para seguir por la noche con otras historias en la Into the Tank, a la que yo me negué a ir.

- ¿Por qué? - dijo Capuccino desilusionado
- No sé... no estoy preparado para una resaca de sexo estos días. Estoy indeciso sobre las fiestas morbosas - contesté.

El contacto con la secta de esclavos me ha asustado por haberme tocado aunque sea de refilón ese tipo de rareza... además no había dormido bien, no tenía ánimos de esperar hasta las 12 y pico para empezar una juerga que no me motivaba. Quizás si viviera tan lejos de las fiestas como él, las valoraría mucho más, y me daba cuenta de que en mi interior me decía "ya iré el jueves a la sauna o cualquier día a cualquier sitio a zorrear", por otra parte sabía que estaba dándome largas a mí mismo. 

- Yo lo que quiero últimamente es enamorarme y que todo esto forme parte de una época pasada - dijo Capuccino.
- Yo también...
- Pero pensar que esto vaya a ser de verdad una época pasada, hace retrasar mi decisión.
- A mí también...

Estoy seguro de que a pesar de todo ni Capuccino ni yo somos putas. Tampoco somos santos, pero también estoy seguro de que, aunque cada cierto tiempo puedan dar algún quebradero de cabeza y algún susto, el hombre adecuado puede hacernos enfocar el morbo en él durante muchos años sin dudas.

Yo ya tengo echado el ojo en uno... y Capuccino creo que también. Echar el guante es lo siguente, pero antes hay que echarle huevos.

Capuccino se fue a estrenar zapas nuevas a la Into the Tank, pero yo necesitaba otra cosa, continuar con una charla sobre romances, y nada mejor que una amiga para reencontrar el verdadero sentido del amor tradicional que es en lo que me apetecía pensar aquella noche.

Cuando me despedí de ella me di cuenta de que el amor tradicional del que hablan mis amigas es algo mediocre, sin magia real, sólo clichés, esfuerzo y rutinas... Algo en lo que quizás caiga algún día, pero que tras escuchar como mi amiga mezclaba amor con vejez, aprobación y cenas de parejitas, me han dado muchas ganas de teletransportarme a la Into the Tank sólo por volver a creer en el amor que tenía en mente cuando hablaba con Capuccino. 

Un amor mucho mejor, sin esfuerzo, ni horarios, con fiestas, viajes, lujo, y que a pesar de los años jamás parezca viejo, ni rutinario, con dudas morbosas, con seducción, necesidad de la polla del otro, con cine, madres y suegras, sí, con todos los clichés, pero... sobretodo... morbo y todas las cosas especiales que despierta el morbo, y que hay entre las parejas gays más guays, y que mis amigas envidian con toda su alma.

- Yo no sé lo que quiero... pero lo quiero ya!
- Pero ya! - me secundó Capuccino en aquella cafetería de Chueca llena de chicos que si me hubieran escuchado se hubieran sentido identificados.

jueves, 3 de octubre de 2013

Una secta de esclavos - parte 2



Quizás fueran las prisas porque se acababa el verano, el plantón del esclavo con el que chateo en Skype, o mi gusto por Cuarto Milenio lo que me hizo salir de casa para conocer a esa secta secreta de esclavos en Madrid. Y sabía que era entonces o nunca, porque si me ponía a pensármelo, jamás lo haría, tenía que ser decidido y valiente, así que le dije a mi cyberamigo que me pusiera en contacto con ellos. 

Me dio un número de teléfono para mandar un whatsapp a uno de sus miembros, que era ciberamigo suyo. Y me enlazó un perfil para ver al esclavo que iba a contactar, claro. Uno de 25, parecía simpático al menos, y si nos pillaban en mi casa podría ser un amigo, era guay.
- ¿Quieres ganarte unos puntos para subir en la jerarquía de tu secta? Pues vente a mi casa a recoger mi hábitat y servirme mientras juego a la PlayStation - whatsappeé.
- Amo, cómo sabe eso?
- Lo sé y creo que con eso basta, no?
- El líder nos pide demostrar que hemos servido a un amo y cómo lo hemos hecho - dijo el perro.
- ¿Cómo lo podemos demostrar?
- Normalmente hago fotos, no hace falta que salga su cara Amo.
- Ok, yo te las haré lo más humillado posible para que te den muchos puntos - le dije.
- Si no no pasa nada, lo haré encantado, no por los puntos, si no por servir a un Amo, con eso me basta y me sobra.
Un desconocido en mi casa... buerno, creo que lo tengo todo controlado y portero 24 horas, nada que temer. El esclavo llegó, me puse el maillot de luchador de cuero. Abrí la puerta.

- No te he dicho cómo era yo, ni mi edad, ni mi peso, ni mi raza... ni mi nombre...
- Venía preparado para lo peor.
- ¿Y si hubiera sido lo peor?
- Usted no notaría ninguna diferencia, le adoraría igual.
- Aunque no lo ves, ahí debajo de la ropa hay un sillón, y ahí está el armario. Ya puedes empezar.
- ¿Debo desnudarme?

Ya que iba disfrazado de luchador sado... lo mejor sería que el esclavo estuviera en una posición más humillante, así que le dije que sí, que se desnudara.

Mientras, el esclavo recogía yo jugaba al Red Dead Redemption, en busca de 5 castores que cazar para superar una misión, pero cómo no aparecían... interrogué al esclavo sobre la secta. Lo de recoger la habitación le iba a dar muy pocos puntos según él, porque la secta es bastante más guarra, y además yo era blanco. Los negros dan más puntos. 
- Supongo que chuparme el ojete ayudará a que subas de nivel - sugerí.
- Depende... ¿está sucio?
- No..., sólo peludo - dije sintiéndome muy novato y algo anticuado.
- Se lo chupo igual señor, su ojete y sus deseos son más importantes que los puntos - dijo colgando ropa y separando la sucia de la limpia.
- ¿Por qué te has metido en esa secta? - pregunté.
- Porque es mucho más fácil quedar con amos, los chats no me han dado ningún resultado, la secta sólo me interesa por eso, porque es todo más rápido y más sencillo.
- ¿Te llaman muchos amos? - quise saber.
- Bastantes más que cuando iba por libre.
- Seguro que se aprovechan de ti mucho más que yo.
- Bueno, cada uno tiene su estilo, el suyo está muy bien, es básico para un esclavo, es sencillo pero no tengo dudas de que usted es el amo y yo el esclavo.
- Se te puede usar como dildo - solté de repente para contrariar aquella falta de dudas de la que hablaba.
- Puede usarme para lo que quiera, como dildo, como urinario, como silla, reposapies...
- ¿Qué es lo que da más puntos en tu secta? - pregunté.
- Parece usted Adela Úcar en 21 días dominando.
Cómo ya había acabado de recoger la ropa, le mandé a comprar Donuts Foundant, mis preferidos, para merendar. Necesitaba pensar un momento a solas sobre hasta dónde quería saber de esa secta... Me temía que lo que se podía descubrir no era agradable. Cuando volvió le volví a hacer la pregunta. 
- ¿Qué es lo que más puntos da en tu secta?
- Comulgar - dijo con un tono esquivo.
- What!? Comulgar, como en misa?
- Algo así, pero misa negra.
- En qué se diferencia?
- Se comulga con mierda.
Oh Dios!
- Tu cuántos puntos tienes?! - dije asustado.
- No he comulgado, no tengo tantos, pero he cagado en la calle, es una de nuestras pruebas que podemos superar individualmente.
- Bueno... tú cómeme el ojete, no quiero que me cuentes más...
Abrí la cremallera de mi singlet de luchador y se puso a chupetear mi limpio ojete. Estaba bastante horrorizado, la verdad es que no quería saber tantas guarradas, el ambiente se me hizo extraño, exagerado y satánico, no muy guay.
- Amo, de su culo comulgaría todos los días - dijo entre mis glúteos.
- Callatéeeeeee, ¿por qué hablas? - le dije cogiéndole del pelo para que no siguiera perturbando mi mente... 
Me empezaba a arder la cabeza con esa información. Y lo peor no era lo del scat, era la mezcla de eso con las misas negras y ese rollo de secta lo que empezó a sobrepasarme. Pero necesitaba confirmar una cosa...
- Has dicho que nunca has comulgado... - le dije.
- Todavía no.
No era una buena conversación para tener con una lengua buscando hueco en mi culo. Pero quizás poseído por el espíritu de Adela Úcar, necesitaba seguir preguntando.
- ¿Os reunís mucho para hacer misas negras?
- No hemos hecho ninguna aún, pero siempre estamos en busca de negros para ofrecernos como sacrificio.
- Ok... esto ya es oficialmente raro, incluso más que lo de las cacas consagradas. ¿Negros? - aluciné.
- Es la raza a la que adoramos en la secta, los negros son nuestro verdadero objetivo, con ellos sí que no tenemos ningún límite.
- No te ofendas... pero... sois una panda de locos... - dije con tono informativo.
- Tú relaja el culo... suéltate - dijo cambiando el respetuoso "usted" por un "tú" que me sonó casi grosero en aquel momento.
- Mira... mejor sácame la lengua del culo y chúpame la polla, es menos polémico y tendrás la boca tapada un rato.
Me siento como si hubiera traído el mal a mi habitación, pero al menos durante unos días estuvo recogida.

martes, 1 de octubre de 2013

Una secta de esclavos - parte 1


Estaba tranquilamente en un chat, porque el esclavo al que me apetecía usar como dildo y asiento humano, no podía quedar o algo. Y allí encontré a un ciberamigo de la adolescencia, que siempre anda en los chats más extremos. Siempre me entero de muchas cosas cuando hablo con él. Esa tarde me habló de una secta de esclavos. 
- ¿Una secta? - pregunté más asustado que realmente interesado.
- Sí, con sus ritos, su jerarquía, sus mandamientos, pero no es nada tan siniestro, es más un juego que otra cosa.
- JUEGO!!! - ahora sí estaba realmente interesado. - ¿Qué es lo que hace esa secta?
- Son unos cuarenta por ahora, y van superando niveles, tienen un Papa incluso.
- Un amo Papa? - pregunté.
- No, no hay amos, todos son esclavos, el Papa también, simplemente es el que más pruebas ha superado y bueno, juegan a eso.
- ¿Qué clase de pruebas hacen? - eso me gustaba... aunque sonaba un poco freaky, la verdad.
- Hay unos cuantos amos que saben de la secta, y pueden pedir una cita para lo que quiera, el esclavo que acuda a ciegas y no le ponga límites al amo, recibe puntos, por ejemplo. El Papa lo controla todo. Y pruebas entre ellos, mearse en público, hacer que le pillen sus padres cascándose una paja... es una mezcla entre novatadas y rito de iniciación típico de las sectas.
- Ahmmm. Entonces uno de sus mandamientos o una de las formas de escalar posiciones en la jerarquía es obedecer cualquier orden de cualquier amo.
No me costaba mucho ver el atractivo a ese "juego", de hecho las pruebas morbosas me chiflan, pero tampoco me costaba ver que ahí había algo más que raro. ¿Una jerarquía entre esclavos con mandamientos y ritos? Casi sonaba peligroso. Mientras todo quedara en novatadas morbosas y no lleguen al fanatismo religioso...

- ¿Hay esclavos activos en esa secta? - pregunté.  
- No lo sé, pero supongo que si tienen que hacer todo lo que les digan, no creo que follarse un buen culo vaya a suponerles un dilema moral.
- Bueno, da igual, quiero jugar a las pruebas, hace mucho que no puedo entrenar mi mente con ese juego ¿cuándo nos reunimos con la secta? 
Y quedemos con dos esclavos, mi amigo... es más bien esclavo también. Ya os contaré la sesión, pero en este post, quiero hablar de lo que descubrí de la secta.

"La sede" está en Madrid, es lo lógico, no es que haya un sitio físico dónde ser reúnen, pero el Papa vive en Madrid y casi todo lo que tiene que ver con la secta pasa en Madrid, aunque hay miembros de todas partes, no sé si son 40, 4 o 400, es un grupillo de amigos más que nada y se lo pasan bien con la movida esta. Por lo que yo noté, ciertamente se lo toman como un pasatiempo y una forma más o menos sana de expresar sus complejos de inferioridad al más puro estilo universitario. Aunque hubo una cosa que me asustó, porque planean... comulgar en plan satánicos y no sé qué... Me parece un grave error y espero que no se dejen llevar por algo que sí que es siniestro.

Me lo pasé bien poniendo pruebas al esclavo, pero no volvería a quedar, me da pena porque me pareció que entendían mi rollo, pero yo no entiendo el suyo, y las sectas, aunque sean cutres y con pocos miembros no me molan. Podían hacer un grupo en Facebook, con sus pruebas, sus puntos y sus niveles, sin necesidad de hacer una secta con Papa incluido y comuniones satánicas. 

También tienen una idea muy curiosa sobre la raza negra, para ellos es una prueba con muchos puntos, y un orgullo personal, servir a negros, porque dicen que son los verdaderos amos superiores, aunque... una vez más fallan en algo, y es que asocian esa raza con Satán, de ahí su superioridad, lo cual al final es terriblemente racista, pero bueno. 

Me he enterado a medias de las cosas, pero en esencia es eso, un grupo de esclavos morbosos, que en mi opinión... se toman demasiado en serio al Papa.

¿Es que no puede limitarse todo a jugar y follar? Tiene que haber un Papa en todas partes!? 

PASO!

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